Cada vez más investigaciones confirman lo que muchas personas ya intuyen: el entorno físico en el que vivimos y trabajamos tiene un impacto directo en nuestras emociones, en nuestro sistema nervioso e incluso en nuestro rendimiento cognitivo.
Aquí es donde entra en juego la neuroarquitectura, una disciplina fascinante que combina arquitectura, neurociencia, psicología ambiental y diseño consciente. Pero ¿qué relación tiene esto con la salud ambiental? ¿Y cómo podemos aplicar sus principios en nuestra vivienda o lugar de trabajo para mejorar nuestro bienestar?
¿Qué es la neuroarquitectura?
La neuroarquitectura estudia cómo el entorno construido influye en el cerebro, el sistema nervioso y la salud mental. Su objetivo es diseñar espacios que no solo sean funcionales y estéticos, sino que también favorezcan estados emocionales positivos, reduzcan el estrés y promuevan el bienestar físico y psicológico.
Fue reconocida por primera vez en la década de los 90 por la Academy of Neuroscience for Architecture (ANFA), y desde entonces ha ido ganando protagonismo en proyectos de arquitectura sostenible, escuelas, hospitales y oficinas.
¿Cómo influyen los espacios en nuestro cerebro?
El cerebro responde constantemente a estímulos sensoriales. La iluminación, el color, el sonido, la distribución del espacio o la calidad del aire activan diferentes áreas del sistema nervioso, que pueden generar desde tranquilidad hasta ansiedad o fatiga.
Algunos ejemplos:
- Techos bajos y pasillos estrechos activan el sistema límbico, asociado a alerta o amenaza.
- Luz natural y vistas al exterior estimulan la producción de serotonina, mejorando el estado de ánimo.
- Formas suaves y materiales naturales reducen la sobrecarga sensorial y transmiten seguridad.
- Buena ventilación y calidad del aire interior mejoran la concentración y la función cognitiva.
Claves de la neuroarquitectura para mejorar la salud ambiental
La neuroarquitectura no solo diseña para la belleza, diseña para el equilibrio del sistema nervioso. Y en ese camino, se cruza directamente con los principios de la biohabitabilidad, la bioconstrucción y la salud ambiental.
Aquí algunas claves que puedes aplicar:
1. Iluminación circadiana
La luz influye directamente en el ritmo biológico (ritmo circadiano). Una iluminación artificial mal diseñada puede alterar la secreción de melatonina, dificultar el sueño y generar fatiga crónica.
✔️ Usa luz natural siempre que sea posible.
✔️ Evita luces frías y blancas por la noche.
✔️ Apuesta por soluciones de bioiluminación en dormitorios y despachos.
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2. Materiales naturales y no tóxicos
Los materiales sintéticos, adhesivos industriales y pinturas convencionales pueden liberar compuestos tóxicos (VOCs) que afectan el sistema nervioso y provocan síntomas como niebla mental, ansiedad o dolor de cabeza.
✔️ Elige materiales naturales, transpirables y certificados.
✔️ Evita aglomerados, PVC y pinturas con disolventes.
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3. Orden y distribución espacial
El desorden visual genera una sobrecarga cognitiva. Por eso, la neuroarquitectura propone espacios despejados, con zonas diferenciadas para descansar, trabajar o convivir.
✔️ Espacios funcionales, con recorridos claros y zonas de calma.
✔️ Minimalismo no solo estético, sino mental.
4. Conexión con la naturaleza (biofilia)
Está demostrado que incluir elementos naturales en un espacio (plantas, madera, vistas verdes) reduce la frecuencia cardíaca, el cortisol y mejora la atención.
✔️ Añade vegetación natural a tu hogar.
✔️ Materiales orgánicos y texturas naturales.
✔️ Estancias con vistas al exterior o luz solar directa.
5. Silencio y confort acústico
El ruido crónico genera estrés e irritabilidad. Afecta la concentración, el sueño y la regeneración celular. Una buena acústica interior es tan importante como la estética.
✔️ Aísla techos y paredes.
✔️ Usa textiles y materiales que absorban el sonido.
✔️ Identifica y mide ruidos de baja frecuencia.
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6. Evitar campos electromagnéticos innecesarios
La exposición constante a campos eléctricos y electromagnéticos (WiFi, cables, cargadores, etc.) puede alterar la producción de melatonina, aumentar el cortisol y dificultar el descanso.
✔️ Revisa el dormitorio y zonas de descanso.
✔️ Utiliza tecnología protectora como Biocem Tex.
✔️ Elimina fuentes invisibles innecesarias (router en la habitación, regletas bajo la cama…).
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Diseñar para sentirse bien
La neuroarquitectura no es solo un enfoque moderno del diseño: es una necesidad. Vivimos en entornos cada vez más artificiales, saturados de estímulos, materiales tóxicos y desconectados de nuestros ritmos biológicos.
Diseñar con conciencia y con ciencia es hoy una herramienta clave para cuidar de nuestra salud física, mental y emocional. Y Unidad Verde está aquí para ayudarte a lograrlo, desde la consultoría hasta la medición de cada aspecto invisible del entorno.
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